2 de diciembre de 2025

La directora ejecutiva de CLG Chile, María Teresa Ruiz-Tagle, realizó una presentación sobre la COP30 desarrollada en Belém, en el Comité de Sustentabilidad de la Cámara Chileno Británica de Comercio, en la que explicó las principales conclusiones de esta cita global.

La ejecutiva comenzó entregando un contexto general acerca de la Conferencia de las Partes, destacando que es el principal órgano de decisiones de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En esta instancia se reúnen líderes de cada país para llegar a acuerdos internacionales y tomar decisiones ante la crisis climática.

Ruiz-Tagle también comentó los principales acontecimientos que han sucedido desde la COP29, como la salida de Estados Unidos del acuerdo de París y la decisión de no participar como gobierno nacional de acuerdos climáticos. Sin embargo, los gobiernos subnacionales estadounidenses sí han participado de estas instancias.

María Teresa resaltó que esta COP30 se realizó en Belém do Pará, en el corazón del Amazonas, lo que representó dificultades logísticas para llegar y en alojamientos. Ella precisó que todo este año será presidido por Brasil, no solamente durante la cita climática.

Esta edición número 30 de la COP se da a 10 años del Acuerdo de París, por lo que fue denominada como el momento de la Implementación. Hubo 56.118 registrados en esta Conferencia, incluyendo 2.500 comunidades indígenas, por lo que fue una de las más movilizantes desde la COP28 de Dubai.

La representante de CLG Chile mencionó lo qué se esperaba de este evento climático, como la entrega de la NDC 2035, donde 165 partes presentaron sus compromisos voluntarios para enfrentar la crisis climática. Otros temas esperados eran la institucionalización de la Transición Justa, un paquete ambicioso de financiamiento climático y los objetivos globales de Adaptación, Pérdidas y Daños.

En relación a los resultados de esta COP30, la directora ejecutiva declaró que hubo momentos de tensión cuando se interrumpió la sesión plenaria principal porque varios países se quejaron de que se estaban aprobando textos sin permitirles intervenir.

Otro de los puntos claves resaltados fue que la nueva NDC 3.0 solo implica una reducción del 12% de emisiones al 2035 respecto de 2019, muy por debajo del 60% de reducción necesario para lograr la meta de 1,5 °C. Sin embargo, Ruiz-Tagle remarcó que sin el Acuerdo de París, estas cifras serían más desalentadoras.

María Teresa señaló que los países acordaron triplicar el financiamiento para la Adaptación climática, por lo que ya ‘no todas las fichas’ están en Mitigación. Esto es importante para Chile por nuestra vulnerabilidad al cambio climático y la resiliencia que necesitan nuestros sistemas.

Uno de los aspectos más controversiales de esta COP fue que se eliminó toda mención a los combustibles fósiles en el texto final, debido a que algunos países bloquearon la referencia explícita a la transición desde estos. Por este motivo, en cuanto a Mitigación, existe una brecha en los combustibles fósiles.

La ejecutiva dijo que ante esta situación, 90 países se comprometieron a un acuerdo voluntario para elaborar una Hoja de Ruta que permita dejar atrás los combustibles fósiles.

También se creó el programa “Acelerador de Implementación Global” que busca incentivar a los países a hacer más. Además, todos los países acordaron el “Mecanismo de Transición Justa”, pero no se le asignó financiamiento.

En términos de Adaptación, Ruiz-Tagle mencionó que se aprobó un Marco de Indicadores de Meta Global de Adaptación (59 indicadores), pero sin obligaciones financieras y con
fuertes críticas a su adopción. En relación al acuerdo de triplicar la financiación para
Adaptación al 2035, ella declaró que hubo críticas desde los países en desarrollo, ya que estos pedían que el acuerdo fuera al 2030, no 5 años más tarde.

En cuanto a Adaptación en los bosques, María Teresa dijo que si bien Brasil llegó con la iniciativa Tropical Forests Forever Facility (TFFF) para financiar la conservación de selvas tropicales, falta una hoja de ruta para acabar con la deforestación.

En lo que respecta a Transición Justa, se crea el Programa de Trabajo de Transición Justa y el Belém Action Mechanism (BAM), que consiste en una propuesta para que los estados impulsen acciones para una transición justa hacia economía baja en carbono, que incluye un lenguaje robusto en derechos laborales, participación y pueblos indígenas, pero carece de financiamiento y de una hoja operativa clara.

La representante de CLG Chile también destacó que en esta COP30 hubo un regreso de la libertad política, ya que en Belém hubo grandes manifestaciones y más espacio para la sociedad civil.

La ejecutiva también se detuvo para abordar las tensiones generadas en la discusión de los temas de comercio y carbono, donde el arancel de carbono de la Unión Europea (CBAM) fue criticado por países como China por considerarlo una medida unilateral que afecta sus exportaciones.

Sobre los mercados de carbono, Ruiz-Tagle mencionó que el Artículo 6 ayuda a movilizar los Mercados y genera movimiento de finanzas climáticas. Este punto pone a Chile en una situación compleja porque nuestro país también quiere cumplir los compromisos de su NDC. Por este motivo, se le ha pedido a los ministerios que se elabore un listado de qué proyectos pueden ser incluidos en este artículo.

María Teresa resaltó que en esta Conferencia fue la primera vez que los minerales críticos entraron a la discusión climática, y mencionó que este es un tema relevante porque Chile tiene minerales críticos, pero no queremos ser solución global y quedarnos con los costos a nivel local.

En cuanto a agricultura y océanos se registraron escasos avances y las discusiones se postergaron para futuras negociaciones. Respecto al Plan de género, este se actualizó pero su implementación queda a criterio de cada país.

En relación a financiamiento, se fijó una meta de US$1,3 billones anuales en financiamiento climático para 2035 en apoyo a países en desarrollo, pero hubo críticas porque esto sería un avance lento, ya que quedan 10 años para la fecha determinada.

La ejecutiva destacó el rol del sector financiero, como lo realizado por el Grupo BID y CAF. Se resaltó el mecanismo conjunto de canje de deuda por resiliencia climática en el Caribe propuesto por el BID + CAF + CDB, a través del cual bajan la deuda a países del Caribe y estos se comprometen en acción climática.

La directora de CLG Chile también hizo hincapié en el papel clave que jugó el sector privado en esta COP30, incluyendo empresas de Estados Unidos pese a la ausencia del país, con el mensaje de “We are still in”. El empresariado mostró objetivos basados en la ciencia y pidió políticas nacionales sólidas y señales internacionales claras.

Además, las empresas firmaron el statement promovido por We Mean Business Coalition para dejar los combustibles fósiles, el que también fue ratificado por CLG Chile.

En cuanto al rol de Chile en esta Conferencia de las Partes, María Teresa comentó que el estado de California y nuestro país firmaron un memorando de entendimiento para ampliar el trabajo de reducción de emisiones de metano, compartir experiencias y enfrentar la crisis climática.

Además, ante la omisión de los combustibles fósiles en el borrador final, Chile firmó la “Declaración de Belém para la Transición Fuera de los Combustibles Fósiles”, ratificada por 24 países, y que tendrá su próxima reunión el 2026 en Colombia.

Ruiz-Tagle también destacó que el subsecretario Maximiliano Proaño lanzó la Hoja de Ruta de instrumentos de precio y mercados de carbono 2025 en la COP30, en el pabellón Super Pollutant Solutions.

A modo de conclusión, la ejecutiva manifestó que las COP no son soluciones mágicas, sino que deben ser vistas como una barrera frente a peores escenarios climáticos. Esto nos deja el desafío central de convertir decisiones dispersas en acciones reales. En América Latina esto exige una transición justa, protección socioambiental y financiamiento adecuado.

La directora ejecutiva de CLG Chile remarcó que ahora se abre el siguiente ciclo 2026-2030, en el que debemos concentrarnos en cómo implementar lo acordado y dónde se construirá realmente la ambición climática.