Santiago, 3 de septiembre de 2024
En la emergencia climática que vive el mundo, los océanos son actores relevantes en la captura de carbono. Reino Unido y Chile colaboran para posicionar el carbono azul como una solución clave para la mitigación del cambio climático, la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Pese a los beneficios que puede entregar, el carbono azul -que corresponde al carbono capturado por los ecosistemas oceánicos, costeros del mundo como manglares, pantanos, laderas marinas y macroalgas- es una de las categorías de proyectos de reducción de emisiones menos desarrollada en el mundo.
Para conocer más respecto a la materia, su potencialidad, cómo avanzan las investigaciones y su mercado, la Embajada británica en Chile y Líderes Empresariales por la Acción Climática, CLG Chile, organizaron el seminario Avances del Carbón Azul en Chile-Experiencia en Escocia.
El evento, realizado en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, contó con las exposiciones del Dr. Alasdair O’Dell, ecológo marino de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas, con el tema Carbono azul en Escocia: La importancia y el potencial, ciencia actual y los próximos pasos importantes; y del Dr. Mauricio Palacios, investigador colaborador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos e investigador asociado de la Fundación Rewilding Chile, quien presentó Bosques de macroalgas y su potencial de carbono azul en Chile: vacíos de información, amenazas potenciales.
También se conoció el proyecto piloto Cultivo de algas para generación de créditos de carbono en Chile, de Anglo American, con la participación de Fundación Chile y Huiro Regenerativo.
Además, en el panel de discusión se conversó sobre el Desafío de la política pública, la ciencia y el mercado en torno al carbono azul.
María Teresa Ruiz-Tagle, directora ejecutiva de CLG Chile, indicó que hay emisiones de CO2 que hoy no son posibles de capturar mediante las tecnologías existentes, por lo tanto, las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) que corresponden al desarrollo de proyectos que restauran o protegen ecosistemas naturales y los gestionan de una manera sostenible, se tornan esenciales. “Ejemplo de ello es el carbono azul. Esta captura del carbono se puede conseguir por medio del cultivo de macroalgas en ecosistemas marinos y tiene una capacidad de absorción de emisiones 50 veces más potente que la de un árbol. Los océanos captan el 30% de dióxido de carbono producido en un año a nivel mundial, debido principalmente a estos bosques de macroalgas. Por lo extenso de nuestra costa, Chile es un país que cuenta con un gran potencial para el desarrollo de algas marinas y compartimos esta realidad con Escocia y el Reino Unido”, explicó.
Nicholas Kennedy, jefe Adjunto de Misión de la Embajada británica en Chile, señaló que “la perdida de la biodiversidad es una amenaza esencial para el mundo y trabajar en forma conjunta es un legado que le entregaremos a todos quienes vienen detrás. Por eso Reino Unido y Chile están comprometidos a reducir las emisiones al 2050 haciendo todo lo posible para tener esta limpieza de los mares y ecosistemas del mundo. Ambos países se han unido para compartir las mejores prácticas e investigación”.
O’Dell mencionó varios informes sobre carbono azul, pero también reconoció que existe mucha incertidumbre respecto al tema. Dijo que se necesita potenciar la productividad y tener métodos para mayor investigación.
Destacó el ecólogo marino que en el caso de la acuicultura de algas la mayor parte del fondo marino está cerrado, por lo que no se realizan actividades de dragado, pesca u otras actividades perjudiciales. No se requiere de fertilizantes ni de alimentos y destacó las potencialidades de la biomasa obtenida.
Por su parte, Palacios indicó que la importancia de los bosques de macroalgas radica en que son parte importante del ecosistema costero a nivel global y que entre el 70 y 80% de las pesquerías comerciales a nivel mundial dependen de estos bosques de macroalga. En los bosques de macroalgas, 36% de la biodiversidad asociada depende de estos ecosistemas.
Mencionó el investigador que en el centro- norte del país una de las complejidades de las macroalgas pardas es la extracción ilegal. En el sur, en tanto, especialmente en la Patagonia se estableció la primera veda extractiva de 2 años, concentrándose la mayor fuente de almacenamiento de CO2 del planeta.
Proyecto Piloto
Marcela Bocchetto, gerenta de Cambio Climático e Integración de la Sustentabilidad de Anglo American, una empresa CLG, introdujo el proyecto piloto y explicó que el carbono azul es una SBN para la compensación de emisiones de la compañía. Se unieron a Fundación Chile y Huiro Regenerativo con el objetivo de implementar un piloto demostrativo que permita estimar captura y secuestro de carbono azul a través del cultivo de macroalgas.
El proyecto, como parte de la estrategia de carbono neutralidad de Anglo American, busca contribuir a la recuperación de ecosistemas costeros degradados y que genere beneficios para las comunidades locales, destacando alianzas público-privadas.
Panel de conversación
El seminario terminó con un panel de conversación que abordó el desafío de la política pública, la ciencia y el mercado en torno al carbono azul. Estuvo integrado por Julio Cordano, director de Medio Ambiente, Cambio Climático y Oéanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile; la Dra. Alejandra González, profesora asociada del departamento de Ciencias Ecológicas de la Universidad de Chile; y Angelo Sartori, senior de compromiso con Stakeholders de Verified Carbon Standard (VERRA). Guió la conversación María Teresa Ruiz-Tagle.
Se comentó que hay distintos tipos de mercado de carbono. Está el mercado formal de carbono nacional, asociado a un precio de US$5 por tonalada de CO2; pero también está el voluntario, en el que más se han transado créditos de proyectos chilenos de otras naturalezas, y ahí los montos han sido de hasta US$28.
Por otra parte, en el mundo hay decenas de proyectos de carbono azul y en la región se encuentran también en Colombia y México.
Chile necesita buenas ofertas para los mercados voluntarios y el país puede ser tanto comprador como vendedor. Es importante pensar en la transferencia tecnológica y también en preparar auditores para los proyectos de carbono.
Finalmente, post seminario continuó la jornada de carbono azul con una invitación a un almuerzo por parte de la Embajada británica con los expertos y CLG; además de una reunión en Fundación Chile, a la cual se conectó online Bill Austin, académico de la University of St. Andrews, donde estuvieron también presentes Cristina Figueroa, especialista en negociaciones de cambio climático de la división de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente; Soledad Ugarte, jefa de la división de Políticas Públicas del Ministerio de Ciencia y Carlos Morales, secretario ejecutivo del Comité Científico de Cambio Climático del Ministerio de Ciencia.
Todo el detalle del seminario en los siguientes links: