Cómo lograr una reactivación sostenible y alcanzar la carbono neutralidad son temas que preocupan también en regiones. Es por ello que la Corporación para el Desarrollo de la Región de los Ríos (Codeproval) organizó el seminario online “Reactivación Sostenible, una Mirada hacia la Carbono Neutralidad”, en el marco del Encuentro Empresarial del Sur 2020.
Se abordó el tema desde diferentes perspectivas y para ello se invitó a la Directora Ejecutiva de CLG-Chile, Marina Hermosilla; a la asesora científica de la COP25, Maisa Rojas; al Gerente de Medio Ambiente y Comunidades de Arauco, Juan Anzieta; y al Presidente Ejecutivo de Generadoras de Chile, Claudio Seebach.
Dieron la bienvenida al encuentro y moderaron Pablo Hoffmann y Alexia Camino, presidente y gerente general, respectivamente, de Codeproval.
Abrió las presentaciones Maisa Rojas, también miembro de (CR)2 de la Universidad de Chile, quien ofreció la mirada científica y expuso sobre los logros del Acuerdo de París para limitar el calentamiento en 1.5 grados, enviando una señal clara al sector privado del rumbo que tomará el desarrollo global durante el Siglo XXI.
Destacó la decisión de Chile de ser carbono neutral al 2050 y en este camino la relevancia de dos instrumentos: las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC), presentada por Chile en abril de este año, y la Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP), que se encuentra en proceso de construcción. Respecto a este último dijo que el trabajo se realiza por sectores y agregó también, como información para Valdivia, la realización del piloto de los planes de acción regional.
Rojas relevó el trabajo del Comité científico en la COP25 que, junto a los ministerios de Medio Ambiente y Energía, lograron un informe que contiene las 30 medidas para alcanzar la carbono neutralidad y que se encuentran contenidas en la NDC.
La científica llamó la atención sobre lo que ocurre con las emisiones después de una crisis, a la luz de situaciones históricas y por esta pandemia del Covid-19 en particular, indicando que los niveles tienden a subir. Pero “ahora no nos podemos permitir que suban porque tenemos que bajarlas a 0 en 30 años”, enfatizó.
A continuación, Juan Anzieta mostró el compromiso de Arauco por la carbono neutralidad, haciendo también un llamado a mejorar ciertas políticas y no dejarse llevar sólo por indicadores económicos.
La compañía se certificará este año carbono neutral, lo que significa que la captura de activos biológicos son mayores que lo que son capaces de emitir. Sin embargo, dijo Anzieta “no basta ser carbono neutral y como empresa nos hemos adscrito a los Science Based Targets, apostando a la dirección correcta”.
Agregó que para una reactivación sostenible “parece relevante la construcción de paisajes resilientes. Necesitamos un paisaje con múltiples actores, bosque nativo junto a plantaciones forestales, que permita una conservación de la biodiversidad. Una actividad forestal que sea capaz de convivir con la agricultura, el turismo, con las economías locales”.
Explicó Anzieta que en Arauco tienen un plan de restauración de 50 mil hectáreas de bosque nativo, los que no serán suficientes. ”Requerimos de incentivos para que esto se produzca. Las forestaciones nuevas han sido bastante bajas y a un precio de 5 dólares por tonelada de carbono se ven poco factible los niveles de equilibrio. También hemos puesto atención a la penetración que puedan tener productos de madera para reemplazar productos con una alta huella de carbono, como el acero o el cemento. Pero ahí se requiere incentivar la construcción de viviendas en maderas. Y en ese aspecto es importante una ambición empresarial, pero también del sector público para incorporar estándares en las licitaciones públicas e incentivar ese tipo de construcción”, dijo el ejecutivo.
Para Juan Anzieta es clave “reimpulsar la economía buscando reactivar la inversión y recuperar los empleos, mejorar la productividad, pero no de cualquier forma. No podemos seguir midiendo en base al PIB. Necesitamos empresas que inviertan en el largo plazo, que tengan indicadores no sólo económicos, sino indicadores propios del negocio, que den cuenta de su impacto socio ambiental, que muestren sus indicadores de gobierno corporativo, que muestren también transparencia en los riesgos que tienen, cómo se miden y que eso esté alineado para apostar por una economía baja en carbono y así palear el cambio climático”.
Una mirada desde los negocios
La Directora Ejecutiva de CLG-Chile, Líderes Empresariales por la Acción Climática, puso el foco de su presentación en un punto del Acuerdo de París que se refiere a: hacer que los flujos financieros sean consistentes con un desarrollo dirigido hacia un sistema de bajas emisiones de gases de efecto invernadero y resiliente al clima.
Esto, según Marina Hermosilla, significa que el sector público y el sector privado tienen que alinear todas las inversiones hacia una economía baja en carbono y resiliente al clima.
Y la Unión Europa ya lo está haciendo en sus tratados de libre comercio y conversaciones con Japón, China, Canadá, con el Mercosur, que estuvo en riesgo por los incendios en el Amazonas; e incluso lo está incorporando en la European Green Deal (EGD), que es la hoja de ruta que el continente se trazó previo a la pandemia para llegar a la carbono neutralidad al 2050.
Pero a raíz de la pandemia, Europa decidió tomar este EGD como base sobre la cual se va a estructurar toda la reactivación económica y decidió incorporar en este acuerdo un impuesto a las importaciones de carbono (Carbon Border Tax) -que se piensa bordeará los 30 dólares por tonelada- y estaría operativo a más tardar en enero de 2023. “Sin duda, esto es un alineamiento de los aparatos de la estructura financiera de los países con la acción climática y el Acuerdo de París”, reflexionó Hermosilla.
Y en este alineamiento hay dos grandes instrumentos para el mundo de los negocios: el precio al carbono y el análisis de riesgo.
“Poner precio al carbono significa que emitir carbono, emitir CO2 y otros compuestos que son potencial de calentamiento global, no es gratis para la sociedad y si no se le pone precio a esa emisión no se están incorporando los costos de esa emisión y los costos que genera para la sociedad en la inversión que se está produciendo, o en la actividad que lo está realizando. Por lo tanto, ponerle precio al carbono implica incorporar los costos hacia la sociedad en las decisiones de inversión del sector privado y público”, explicó la Directora Ejecutiva. Entonces, se puede poner un impuesto a las emisiones o a un sistema de emisiones transables.
Este impuesto no resulta nada menor al mirar a las grandes empresas petroleras del mundo que abogan por el impuesto al carbono. Porque mientras no exista este impuesto no pueden dar de baja todas las reservas de petróleo que se consideran activos.
Pero estos sistemas de emisiones e impuestos difieren mucho aún, porque todavía no se instala como commodity a nivel internacional. En Chile el precio al carbono es de 5 dólares por tonelada, pero en países como Suecia el precio supera los 120 dólares por tonelada.
En cuanto al análisis de riesgo, Hermosilla dijo que “en las empresas es muy relevante para invertir y estamos viendo cómo en las diversas industrias los riesgos producto del cambio climático son significativos”.
Noticias del mundo nos revelan, por ejemplo, que la actividad pesquera ha elevado su riesgo por los efectos de las fuertes tormentas a las que se ven sometidas en alta mar. También incendios en California llevaron a la quiebra a una empresa. Se muestran incluso las 10 ciudades con más riesgo de inundaciones como Miami, Nueva York y ciudades del sudeste asiático. Y McKinsey estima que el 80% de las exportaciones chilenas está bajo riesgo por el cambio climático.
En este panorama, después del Acuerdo de París, el movimiento Divestment se torna uno de los drivers más importantes para la desinversión que llama a quitar las inversiones de activos que sean intensivos en combustibles fósiles. Y hoy grandes fondos de pensiones están haciendo divestment de combustibles fósiles.
La ejecutiva llamó la atención también sobre los consumidores a la hora de tomar decisiones. Una encuesta de 2017 a jóvenes de 18 y 35 años, de 186 países, dice que el 40-50% considera el cambio climático y la destrucción de la naturaleza como parte del problema más importante. “Si consideramos que el 50 % de la población mundial tiene menos de 30 años, estamos viendo los consumidores del futuro”, indicó.
Sin embargo, Marina Hermosilla destacó que “la acción climática no es sólo amenazas o riesgos, en Chile es un impulso al crecimiento económico que nos puede permitir llegar al desarrollo sostenible y las NDC son parte de la reactivación de los países. No sólo en Europa son importantes las energías renovables, las que partieron siendo muy subsidiadas, sino que también en muchos otros países”.
Mencionó como ejemplos positivos los Índices verdes que muestran un buen desempeño en bolsas o los bonos verdes en Chile. También, en diversos países se incorpora el riesgo climático en la normativa regulatoria. Y en el país se instaló la mesa público –privada de finanzas verdes.
Hermosilla resaltó que sólo una cadena de producción baja en carbono va a abastecer la nueva economía global.
Finalmente, el cierre de este encuentro regional estuvo a cargo de Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile. “En esta mirada de sostenibilidad se han revelado una serie de expresiones de desigualdad. También la pandemia ha obligado a detenerse y preguntarnos cómo se va a volver. Y el mayor desafío de la humanidad es la urgencia climática”, dijo.
Con esta mirada, tomó la calidad del aire que se respira en varias ciudades del sur de Chile para graficar la desigualdad energética, debido al uso de leña para calefaccionar las viviendas, por la falta de calefacción eficiente y mala aislación térmica de las construcciones. La calefacción es el 55% de la energía que consumen los hogares de Chile, pero más de 1/3 de ellos no tienen acceso a energéticos de calidad y el 66% de las casas tienen un bajo rendimiento de eficiencia energética. “Mientras más vulnerables, más calor pierden las casas”, indicó Seebach.
Desde el punto de vista del consumo, “creemos que somos electrodependientes, pero vivimos en una economía basada en el carbono, contenido en el petróleo, la principal fuente de energía del país. 57 % de la energía que consumimos en Chile son derivados del petróleo y sólo un 21% de la energía es electricidad”, aclaró el ejecutivo.
Sin embargo, agregó, “somos un país rico en energéticos renovables y acordamos el fin del carbón, pero va a depender de la inversión que seamos capaces de sostener en energía renovable. Hoy toda la inversión en el sector eléctrico está basada en energía renovable: eólicos, hidroeléctricos en el sur y en el norte basada en energía solar, pero eso no basta para ser sostenible. En primer lugar, el recurso renovable no está cerca del consumo y eso implica que hay que transmitir la energía eléctrica. Líneas de transmisión serán un desafío sobre todo con las comunidades por donde pasarán”.
Destacó también que a partir de este año se plantea el desafío de la descentralización. Las regiones podrán elegir sus gobernadores y eso definirá también cómo cada región buscará desarrollarse.
Desde la mirada de la energía, cualquier reactivación sostenible tiene que ser mirado en un contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS 7, energía asequible no contaminante).
Para Claudio Seebach, la carbono neutralidad trae beneficios económicos para Chile. “Casi el 75% de las reducciones de gas efecto invernadero (GEI) generan ahorros para la sociedad. La medida de mayor impacto que podemos tomar como país para reducir la huella de carbono es mejorar la eficiencia energética de las viviendas en Chile, junto con calefaccionarlas de manera distinta. En lo principal, las formas de calor eléctrica (bomba de calor) hace que tenga cero emisiones y, por lo tanto, se transforma en una acción climática porque evita la tala de bosques, usar fuentes eléctricas que no generan emisiones y no generan ninguna contaminación local. Esa acción climática es la más auténtica que podemos tomar. También, la transformación de transporte tendrá que ser eléctrico y a hidrógeno verde para carga pesada de la minería”, concluyó.