Santiago, 12 de junio 2024
La sostenibilidad ya no es sólo una opción, es una necesidad estratégica. Con las nuevas regulaciones, las crecientes expectativas de los consumidores y la mirada atenta de los inversionistas, adoptar prácticas sostenibles se ha convertido en un imperativo para el éxito empresarial.
Cada vez más, las empresas deben incluir en sus reportes los criterios ESG (por sus siglas en inglés, medio ambiente, social y gobernanza), requeridos tanto por los inversionistas como los fondos de inversión.
Con esta mirada, la plataforma de contenidos para Latinoamérica, Simalco, organizó el encuentro ESG: Capital de Liderazgo para la Sostenibilidad, para abordar estrategias de economía sostenible.
Integraron el panel de conversación Construyendo Mejores Directorios, María Teresa Ruiz-Tagle, directora ejecutiva de los Líderes Empresariales por la Acción Climática, CLG Chile; Hernán Hochschild, Presidente de directorio Sistema B Chile; Eduardo Yoshimoto, Gerente general y Regional Business Council Guidance Leader, W Santiago; todos moderados por Witold Henisz, Vicedecano y director de la Facultad de la Iniciativa ESG de The Wharton School, Universidad de Pennsylvania.
Abrió el encuentro, Carolina López, representante en Chile de la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-FI).
Aseguró Carolina López que las finanzas sostenibles de la región son imparables, aunque es crucial canalizar con urgencia financiamiento a mayor escala hacia una economía sostenible, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de Cambio Climático de París y el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica.
Según López, es crucial la creación de políticas gubernamentales y que los gobiernos actúen con rapidez en políticas como la fijación de precios del carbono para impulsar vías de descarbonización, eje fundamental para lograr los objetivos cero neto. Son necesarios incentivos económicos y marcos regulatorios para apoyar la transición hacia economías sostenibles. También, que las instituciones financieras planifiquen la transición sectorial para implementar objetivos climáticos y de naturaleza, y desarrollar la gestión de riesgos climáticos y naturales.
Mejor preparados para enfrentar riesgos
En el panel de conversación se destacó la importancia de integrar los criterios ESG en la estrategia empresarial, hacerla parte de la propuesta de valor porque ello permite identificar retos y oportunidades.
Eduardo Yoshimoto de W Santiago, explicó que trabajan con una plataforma llamada Search 360. Se basa en los cuatro puntos cardinales: el Sur es sostenido, operaciones responsables; el Este es una poderosa oportunidad; el Oeste es dar la bienvenida a todos y avanzar en los derechos humanos. “Así que tenemos objetivos específicos para cada uno de ellos, no sólo para la propia empresa, sino también para los hoteles. Y tenemos una plataforma en cada hotel que realmente mide esto para formar parte no sólo de la estrategia, sino también de la ejecución”, dijo.
Según María Teresa Ruiz-Tagle, de CLG Chile, efectivamente los criterios ESG tienen que formar parte de la estrategia central porque se trata de medir e internalizar el grado de exposición a distintos riesgos. No se habla de algo que esté fuera de la empresa. Se trata del riesgo al que se enfrenta la empresa, riesgos actuales, a mediano y largo plazo.
Por eso es importante entender el riesgo en términos medioambiental, social y de gobernanza (ESG). “En finanzas estamos acostumbrados a tratar con el riesgo. Pero cuando hablamos de medio ambiente parece suave, pero es riesgo y tenemos que entender la normativa y su evolución en el tiempo, por ej. Puedes anticiparte a esos riesgos, puedes predecirlos y luego puedes reducirlos y controlarlos para tu negocio; y transformarlos en un desafío y oportunidad”, explicó Ruiz-Tagle.
Al entender y tener un buen mapa de riesgos se está mejor preparado para un negocio financiero más sostenible y robusto. “Por eso esto tiene que estar en el núcleo del negocio, porque no estamos hablando de un área. Estamos hablando de todo. Todo funcionará si lo entiendo mejor, si puedo controlarlo, si puedo predecir, si puedo anticipar lo que está ocurriendo, y necesito estar aprendiendo sobre lo que está ocurriendo. Cuando hablamos de riesgo, hablamos de riesgos físicos, de riesgos regulatorios, hablamos de transición, con las tecnologías que están cambiando”, enfatizó la ejecutiva.
La inteligencia artificial puede servir para entender mucho mejor este ecosistema. Los riesgos físicos, la falta de agua, un deslizamiento de tierras afectará el funcionamiento y rentabilidad del negocio. Eso debe entenderse especialmente en un país como Chile, muy vulnerable al cambio climático. La tecnología nos puede ayudar mucho.
Las empresas que identifican, miden y gestionan adecuadamente estos criterios tienden a tener un mejor retorno de la inversión, son menos volátiles financieramente y atraen talentos.
Por su parte, Hernán Hochschild, de Sistema B, dijo que cuando se habla de ESG se habla de criterios y la pregunta que se hace es ¿criterios para qué? “Lo que hacemos en la corporación B, cuando tratamos de fomentar en la empresa, es alinear el propósito de la empresa con el valor que su negocio puede producir en la sociedad, en el medio ambiente y, por supuesto, en su mercado. Así que creo que cuando ves ESG como una camisa de fuerza o sólo ves el riesgo como cosas malas con las que la empresa puede tener que lidiar, pierdes la mejor parte de esta idea de esta filosofía que es que también hay un gran riesgo en no ver todas las oportunidades que podemos enfrentar cuando tratamos de producir valor en la sociedad y el medio ambiente”, indicó.
Según Hochschild, aportar este criterio puede mejorar la forma en la que dirigen su empresa y efectivamente puede permitir ver cosas que no siempre se están comprobando en la gestión del día a día.
“La visión del riesgo hay que añadirla a todo lo que se hace, pero siempre con la idea de que, al final, las empresas tienen que producir valor. Si no estamos produciendo valor para la sociedad, si no estamos produciendo valor para el medio ambiente, entonces va a ser muy difícil producir valor en las empresas”, puntualizó Hochschild.