Santiago, 18 de enero de 2024.

Una interesante conversación se generó en el marco del webinarWater Positive como elemento de gestión del agua”, organizado por ACADES y CLG Chile, concepto que propone medidas para que las empresas compensen su huella hídrica y tengan un impacto positivo en el medio ambiente, incluyendo la reducción del consumo de agua, la eficiencia hídrica, la desalinización, el reúso del agua y la captación de agua lluvia.

Arturo Errázuriz, director de la Asociación chilena de Desalación y Reúso, ACADES, dio el puntapié inicial a la actividad, señalando que la desalación y el reúso de aguas residuales son parte de las alternativas que pueden ayudar a enfrentar los efectos del cambio climático y la prolongada sequía de más de 14 años que está viviendo el país.

La directora ejecutiva de CLG Chile, María Teresa Ruiz-Tagle, indicó que “el recurso hídrico se ha hecho escaso de manera permanente, por lo que todos los stakeholders que participan en su consumo y gestión tienen que estar pensando en este nuevo escenario, interesados en preservarlo y gestionarlo para el largo plazo. El hacernos cargo de este problema no es sólo un deber sino una oportunidad para poder hacer mejor las cosas, aumentando el bienestar de las personas y generando un mejor negocio y estabilidad de las empresas en el futuro”.

“En este complejo escenario hídrico es fundamental ser colaborativo. Las empresas tienen un rol clave en la reducción de su huella hídrica y hoy queremos saber qué están haciendo al respecto”, enfatizó Errazuriz, abriendo la conversación.

¿Qué significa Water Positive?

Alejandro Sturniolo, vicepresidente de Marketing y Sustentabilidad de H2O Innovation, estuvo a cargo de explicar el término Water Positive: “se refiere al concepto en el que una entidad -empresa, comunidad o individuo- va más allá de la simple conservación del agua y contribuye activamente a la gestión sostenible y la restauración de los recursos hídricos. Esto implica implementar prácticas y tecnologías que reduzcan el consumo de agua, mejoren su calidad y/o faciliten el acceso a ella. El objetivo es dejar un impacto positivo en los ecosistemas acuáticos y garantizar que se conserve y recupere más agua de la que se utiliza o se agota”.

Tras este contexto, un panel conformado por Francisca Yáñez, directora de Innovación y Tecnología de Microsoft Chile; Ismaela Magliotto, coordinadora general de Climatech Chile; Ulrike Broschek, subgerente de Sustentabilidad de Fundación Chile; Christian Cintolesi, líder de Aguas América de Anglo American y Felipe Sánchez, subgerente de Sostenibilidad de Aguas Andinas, conversaron acerca de cómo el Water Positive puede contribuir a darle seguridad hídrica a Chile.

Soluciones desde la colaboración público-privada

Desde Fundación Chile, Ulrike Broschek explicó que “hoy en día son 56 organismos públicos los que tienen atribuciones para gestionar recursos hídricos y hay una mirada más sectorial en los servicios públicos y según atribuciones. Eso segmenta la gestión, porque cuando hay escasez aparecen los problemas: políticas o planes que se contraponen, soluciones que compiten. La mirada sistémica del recurso hídrico es clave. Si nosotros tuviésemos que priorizar algunas acciones, la medida que más pudiera trascender es la institucionalidad hídrica”.

Felipe Sánchez sostuvo que hay que colaborar para encontrar soluciones mientras se espera el desarrollo de la institucionalidad, dada la crisis en la que estamos. En este sentido, Aguas Andinas participa en el Fondo de Agua Santiago-Maipo, iniciativa público-privada apoyada por el Gobierno Regional de la Región Metropolitana. “Salir a comunicar sí funciona: el impacto en los consumos de agua es relevante. El consumo global ha bajado un 10% anual en Santiago”, recalcó.

Desde otra vereda, Ismaela Magliotto, coordinadora general de Climatech Chile, organización que lidera el Pacto por la Seguridad Hídrica, del cual tanto ACADES como CLG Chile son aceleradores, señaló que el sector público tiene un rol sumamente importante en acelerar la ambición, pero que también lo tiene el sector privado. “Las empresas también tienen un rol importante, pues pueden desarrollar estrategias de más largo plazo y ser mucho más ambiciosas”.

¿Qué medidas están tomando las empresas?

Microsoft, por ejemplo, se fijó la meta global de transformarse en agua positivo al 2030, buscando ser eficientes en sus procesos, reducir el consumo de agua y gestionar proyectos de devolución de agua a los acuíferos, con colaboración local y global, en las cuencas estresadas. Esta meta está inserta en el core del negocio, no como parte de RSE. “Nosotros tenemos un fee interno de agua para todas las unidades de negocio de Microsoft, esto quiere decir que, si estoy en la unidad de Windows o de Inteligencia Artificial y genero una huella hídrica, tengo que pagar internamente por eso. Esto nos permite ejecutar esos proyectos de devolución de agua”, explicó Francisca Yáñez.

Christian Cintolesi señaló que Anglo American tiene la meta de reducir, a nivel global, las extracciones de agua fresca en 50% a 2030. En Chile, por ejemplo, sus mineras de cobre tienen un plan más agresivo. Deben buscar la eficiencia, siendo la principal fuente el reúso -cuya tasa es de casi un 90%- y nuevas fuentes que reemplacen el agua fresca y que no compitan con el consumo humano, como aguas industriales en el corto plazo y desalación en el largo. Además, sus soluciones deben ser colaborativas y generar un valor positivo en el entorno. Por ejemplo, las plantas desaladoras también entregan agua a través de un programa de agua rural. Asimismo, “queremos desarrollar conocimiento, reportabilidad y transparencia, pues para la gestión eficiente hay que tener un conocimiento sólido, tecnología, modelos, balance y data de acceso público”.

Por otro lado, Aguas Andinas busca enfrentar el cambio climático con proyectos de mitigación, comprometiéndose con iniciativas como Race to Zero, incentivando a otros y siendo parte de CLG Chile. Desde 2013 también empezaron a diversificar y buscar otro tipo de soluciones, desarrollando proyectos de adaptación como los estanques de Pirque. Estas iniciativas no las hacen solos. “Nosotros somos una empresa regulada, nosotros proponemos, pero tampoco podemos subir las tarifas a los clientes, por lo que tienen que ser iniciativas rentables”, explicó.

Francisca Yañez también se refirió a cómo la tecnología puede ayudar a gestionar el recurso hídrico. “La industria tecnológica se ha transformado en un habilitador transversal para todo el resto de las industrias”. A través de tecnologías como el Cloud for Sustainability, primero de carbono y ahora de agua, quieren ayudar en la reportabilidad. También buscan disponibilizar tecnologías para que otros en el ecosistema, como las startups, innoven y así provean una oferta de soluciones mucho más amplia, para mejorar y acelerar la gestión del agua.

“Hoy, para sostener toda la demanda hídrica en la cuenca del río Maipo que alberga la Región Metropolitana y parte de la de Valparaíso y O’Higgins, necesitamos dos ríos Maipo. Eso equivale al llenado de tres lagos Rapel por año”, puntualizó Ulrike. De esta manera, si bien la eficiencia hídrica es una solución muy relevante y de las de menor costo, se necesitan todas las soluciones para cerrar la brecha. E incluso así no se alcanzará a cerrar de aquí a 2050. “Es una situación bien severa”, enfatizó.