Santiago, 24 de junio de 2024

Con el objeto de analizar el progreso hacia la aplicación de la tarificación del carbono, el Departamento Asia Pacífico (DPA) del Fondo Monetario Internacional (FMI) organizó un encuentro online en el que se conocieron las experiencias de Chile, Brunei y Singapur, además de antecedentes que entregaron el FMI y el Banco Mundial.

En representación de Chile participó María Teresa Ruiz-Tagle, directora ejecutiva de Líderes Empresariales por la Acción Climática, CLG Chile.

Margaux MacDonald, economista del departamento del FMI dijo que limitar el calentamiento global requiere una reducción significativa de las emisiones en Asia-Pacífico. La región produce aproximadamente la mitad de las emisiones de dióxido de carbono y contiene cinco de los 10 grandes países emisores de gases de efecto invernadero:  China, India, Japón, Indonesia y Corea.

Aunque la tarificación del carbono es el instrumento de mitigación más eficaz, es difícil de alcanzar. Su impacto más significativo se observa en los precios de la energía.

¿Cómo hacer que funcione la tarificación del carbono en Asia Pacífico?, se pregunta MacDonald. La respuesta está en tres áreas: ayudando a los hogares con apoyo a los precios de la energía; ayudando a los trabajadores, retirándolos de la industria intensiva en emisiones; y en la competitividad industrial, no aumentando las renovaciones en sectores de gran consumo energético expuestos al comercio y buscando un ajuste del carbono en la frontera.

En el caso chileno, la ejecutiva de CLG explicó que existe un compromiso con la NDC del país y que se ha apostado fuertemente por las energías renovables, eficiencia energética, hidrógeno verde, electromovilidad, la industria verde y la construcción verde. Pese a ello, en Chile “dependemos mucho del secuestro de carbono de nuestros bosques”, señaló Ruiz-Tagle.

Agregó que teniendo un impuesto al carbono, éste no ha estado muy integrado en la NDC, lo cual es un desafío para las futuras revisiones a una mayor ambición de las NDC.

Mencionó que el precio del carbono de US$5 por tonelada permitió recaudar US$156,4 millones en 2022, pero que para el 2023 se prevé un descenso de la recaudación a US$127,97 millones, producto de la salida de centrales térmicas.

Indicó Ruiz-Tagle que en el ejercicio tributario 2024 se compensaron 258.547 toneladas de CO2 a través del Sistema de Compensación de Emisiones del Impuesto Verde, pero sólo se compensó el 1% de las emisiones de CO2 gravadas. Lo anterior da cuenta de que aún hay un gran espacio para seguir aumentando la compensación de emisiones en Chile, lo que además contribuye a la ambición climática y representa un incremento en la eficiencia del impuesto al carbono.

El desafío para Chile es aumentar gradualmente el gravamen sobre las emisiones de CO2, sin perder competitividad para los diversos sectores industriales, ni provocar fugas de carbono. También es parte del desafío el poder direccionar la recaudación del impuesto al carbono para contribuir hacia una transición socioecológica justa con mayor ambición climática.

Desde Brunei habló Nur Huraizah Binti Jamaludin, representante de la Compañía de Petróleo Shell Brunei. Indicó que el país aún no ha puesto en marcha ningún mecanismo. Todavía están en fase de evaluación, aunque han llevado a cabo una serie de estudios realizados por el FMI y otro por el Centro de Energía de la ASEAN.

Brunei depende en gran medida de la industria del petróleo y el gas y tiene una limitante de espacio para el desarrollo de proyectos de energía renovable a gran escala, pese a lo cual cuentan con energía solar fotovoltaica.

Sin embrago, son conscientes de que el mundo se mueve hacia la carbono neutralidad y que su papel como exportador de combustibles fósiles puede verse afectado. Por eso, este año están revisando su política para adaptarla y reflejar mejor sus circunstancias nacionales con el objetivo de los ODS.

Singapur, por su parte, con su impuesto al carbono fue uno de los primeros países del Sudeste Asiático en introducirlo. Al respecto, Nasuha Taha, subdirectora de Mitigación del Cambio Climático en el Departamento de Política Energética y Climática, señaló que partieron con US$5 dólares por los primeros 5 años, como un periodo transitorio de adaptación para los emisores. El impuesto sobre el carbono grava las instalaciones que emiten directamente al menos 25.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero. Y hoy el impuesto cubre alrededor del 80% del total de sus emisiones nacionales de gases de efecto invernadero.

Según la subdirectora, abarca 450 instalaciones de los sectores manufacturero, energético, de residuos y del agua, y no se hacen excepciones. Se trata de mantener una señal de precios transparente, justa y coherente en toda la economía.

Singapur elevó el impuesto sobre el carbono a US$25 por tonelada para las emisiones de gases de efecto invernadero en 2024. Se pretende llegar a entre US$50 y US$80 en 2030.

Ya se ha dado aviso a las empresas sobre esta alza progresiva para que tengan una mayor certidumbre sobre los precios a la hora de planificar el futuro.

En tanto, desde el Banco Mundial, Daniel Besley, especialista en cambio climático dedicado al diseño y aplicación de políticas de mitigación en Europa y Asia Central, comentó que existen 75 sistemas de fijación de precios del carbono en todo el mundo y muchos desarrollos en la región de Asia-Pacífico.

Destacó que a pesar de las limitadas alzas de precios, las recaudaciones de los impuestos al carbono superan por primera vez los US$100.000 millones.

En su exposición destacó siete puntos en la aplicación de tarificación del carbono:

  1. Los impuestos son más sencillos, pero el Sistema de Comercio de Emisiones (SCE) es común.
  2. La certidumbre política favorece la inversión.
  3. No hay pruebas de fuga de carbono, aunque existen protecciones.
  4. La tarificación del carbono como base para la reforma fiscal.
  5. Economía política: comunicación.
  6. Economía política: hacer frente a la baja ambición y a los grupos de presión.
  7. Economía política: importancia de abordar las repercusiones en los hogares y los pobres.

Al cierre, Lamin Leigh, subdirector y jefe de Misión para Australia del FMI-DAP, destacó que la presentación de María Teresa Ruiz-Tagle trajo al primer plano los desafíos operacionales y de compensaciones de este instrumento, haciendo hincapié también en los retos de comunicación al involucrar los co-beneficios o double dividend del impuesto al carbono.