Santiago – Nueva York, 24 de septiembre 2024

Con el objeto de comenzar a explorar la serie de retos climáticos que enfrenta América Latina, pensando en la COP 30 que se realizará en Brasil en 2025, CLG Chile, el Grupo Español de Crecimiento Verde y Cambridge Institute for Sustainability Leadership (CISL), organizaron durante la Semana del Clima celebrada en Nueva York -entre el 22 y 29 de septiembre- una mesa redonda con varios actores relevantes del mundo empresarial. En este prelanzamiento de la Red Iberoamericana de Crecimiento Verde se buscó principalmente crear un grupo de trabajo para colaborar en la defensa de la política climática en la región, relevando la importancia de las alianzas y coaliciones para avanzar en la ambición climática.

Los casi 20 asistentes del sector privado, cuya voz sobre las ambiciones es primordial, abordaron temas de interés relacionados con la economía verde, transición energética, disponibilidad de tecnología, legislación energética, Artículo 6 del Acuerdo de París y el compromiso de triplicar las energías renovables acordado en la COP28, el hidrógeno verde, la electromovilidad, los minerales críticos y las cadenas de suministro.

El hecho de que Brasil acoja la COP30 representa una importante oportunidad de promoción para que la región muestre los retos y oportunidades que se le presentan y crear impulso en torno a las prioridades estratégicas. Al ser la primera COP celebrada en la región amazónica, la COP30 ofrece una plataforma global para abogar por un mayor apoyo internacional y una mayor inversión en la transición verde de América Latina.

América Latina ha avanzado en la acción por el clima, pero aún se enfrenta a obstáculos relacionados con la tecnología, los marcos jurídicos y la gestión de los recursos. Apoyar en la política pública con la visión desde el sector privado es clave. Para las transiciones verdes, los gobiernos necesitan a las empresas.

Las leyes energéticas varían de un país a otro, y los retrasos burocráticos a menudo ralentizan el despliegue de proyectos de energías renovables. Colbún mencionó los desafíos de la región y de Chile, en particular, respecto al desarrollo de las energías renovables.

Algunos temas sobre los que se llamó la atención durante el encuentro fueron:

Los mercados de carbono, respaldados por el Artículo 6 del Acuerdo de París, proporcionan otra palanca potencial para el progreso. Se facilita la cooperación internacional permitiendo a los países de renta baja beneficiarse de las inversiones al tiempo que reducen las emisiones. Sin embargo, la plena participación requiere un importante desarrollo de las capacidades y muchos países de América Latina no están preparados para el comercio de carbono. Se requiere igualar el campo en términos de desarrollo de capacidades en el sector privado de la región.

El hidrógeno verde también se perfila como una tecnología prometedora en la región. Chile y Brasil, por ejemplo, están explorando formas de convertirse en líderes mundiales en la producción de hidrógeno verde, aprovechando su potencial de energías renovables. El hidrógeno verde puede descarbonizar sectores como la industria pesada y el transporte, ofreciendo a América Latina una ventaja crítica en la transición energética mundial.

La electromovilidad está ganando terreno, especialmente en los centros urbanos, donde la calidad del aire es una de las principales preocupaciones. Los gobiernos están impulsando los autobuses y coches eléctricos, pero este sector requiere inversiones sustanciales en infraestructuras de recarga y normativas de apoyo.

Minerales críticos como el litio son fundamentales para las cadenas de suministro de tecnologías limpias. América Latina, especialmente países como Chile, Bolivia y Argentina, posee una parte significativa de las reservas mundiales de litio, lo que sitúa a la región como un actor clave en los sectores de los vehículos eléctricos y las baterías. Sin embargo, equilibrar la extracción de minerales con la protección del medio ambiente sigue siendo un reto.