París-Nueva Delhi, 3 de abril 2025

India, al igual que Chile y muchos países en el mundo, es un país vulnerable al cambio climático, con impactos que incluyen olas de calor, sequías, inundaciones y desastres naturales. Con esta realidad, el país asiático está implementando políticas para adaptarse a los efectos del cambio climático, con el compromiso de reducir la intensidad de las emisiones de su PIB en un 45% para 2030.

En este marco, el Consejo de Energía, Medio Ambiente y Agua (CEEW, institución política y grupo de expertos sin fines de lucro), con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en colaboración con NITI Aayog, Gobierno de la India, organizaron la conferencia “Un diálogo sobre los caminos de la India hacia la resiliencia climática y el crecimiento con bajas emisiones de carbono”.

La instancia reunió a diversas autoridades de gobierno, del sector financiero, academia y representantes del sector privado, tanto de India como otros países. Desde Chile, Líderes Empresariales por la Acción Climática (CLG Chile) fue convocado para transmitir su experiencia y mostrar el importante rol de las empresas en el camino a la carbono neutralidad.

La conferencia se organizó en distintos paneles de conversación que abordaron temas como recapitulación mundial: colmar la brecha mundial en cuanto a ambición, aplicación y recursos para mejorar la resiliencia climática; aumentar la financiación de la mitigación y adaptación al cambio climático; atraer la inversión verde y fomentar la difusión de la tecnología; y diseño del Sistema de Comercio de Emisiones (SCE): lecciones de la experiencia internacional. Además, al final de la jornada se realizó una mesa redonda sobre resiliencia y sostenibilidad.

CLG Chile, con su directora ejecutiva María Teresa Ruiz-Tagle, participó en el panel sobre SCE, que examinó el papel de las políticas basadas en los precios en el avance de las mitigaciones del cambio climático, centrándose en los esquemas de ETS que están ganando popularidad.

También se revisó la forma de superar los obstáculos a los sistemas de régimen de comercio de derechos de emisión basándose en las experiencias de Asia-Pacífico. Los aprendizajes y las mejores prácticas de todas las jurisdicciones podrían ayudar a que estos esquemas se amplíen y por lo tanto aceleren la mitigación del clima.

En su intervención, con una mirada desde Chile y América Latina, Ruiz-Tagle puso el acento en  la posibilidad de utilizar el sistema de comercio de emisiones (SCE) para generar ingresos y cómo pueden combinarse eficazmente los SCE con políticas complementarias, por ejemplo, mayores impuestos a los combustibles e incentivos a las energías renovables, para acelerar la descarbonización.

También, mencionó los pros y contras de vincular los ETS a los mercados internacionales de carbono conforme al Artículo 6 del Acuerdo de París.

El financiamiento climático y el papel de los bonos verdes, los bonos sostenibles y la taxonomía verde y sostenible, temáticas importantes en América Latina y el Caribe, también fueron mencionadas por la directora ejecutiva de CLG Chile.

Ruiz-Tagle dijo que es necesario además considerar la fijación de precios del carbono y los cobeneficios y el papel de los ingresos aumentados (una reforma fiscal que se aleja de los subsidios a los combustibles fósiles, los impuestos y las subastas en el ETS) para las políticas sociales, que permiten una compensación de los grupos más vulnerables.

Según la directora ejecutiva, tanto los esquemas basados en intensidad como los cap-and-trade pueden ser útiles, dependiendo del contexto económico y las metas de reducción de cada país.

La recaudación de ingresos vía subastas puede financiar una transición justa y revertir impactos regresivos, reforzando la aceptación política. Mientras, la estabilidad de precios y la robustez institucional (MRV, plataformas de negociación, entes reguladores) son esenciales para construir confianza en el mercado.

La vinculación internacional y las compensaciones domésticas amplían oportunidades de reducción, pero requieren reglas claras para mantener la integridad ambiental y evitar abusos.En definitiva, la experiencia internacional muestra que un ETS, complementado con otras políticas (impuestos a combustibles, incentivos a renovables, etc.) y diseñado con transparencia y participación de todos los sectores, puede ser una poderosa herramienta para alinear la acción climática con el crecimiento económico y la competitividad empresarial.